Los dioses de la tabla periódica

De la luna, llamada Selene en la mitología griega. Es mitológicamente (no periódicamente) hermana de Helio, el dios sol. La mitología en ocasiones la mezcla con Artemisa.

Algunas fuentes afirman que el nombre del titanio no tiene nada que ver con la mitología, pero otras aseguran que viene de los titanes de la mitología griega, que han aparecido mencionados varias veces a lo largo de este artículo. Dioses primigenios, ancestros del resto de los dioses griegos.

Conociendo a Thor, el dios del trueno, no es de extrañar que el torio sea un elemento radiactivo (aunque la verdad es que tiene una vida media muy larga… ¿se desintegrará con el Ragnarok?). Como curiosidad, tiene el mismo origen que la palabra “trueno” en la mayoría de las lenguas indoeuropeas. Thor se considera un dios mayor de la mitología nórdica, es un guerrero protector que lucha contra gigantes con su gran martillo, a diferencia de su padre Odín, que incitaba a la guerra. Por otra parte se le atribuyen distintas habilidades, y aparece en numerosos mitos sea alabando su sabiduría o relacionándolo con la fertilidad. Tendrá un papel importante en el Ragnarok, enfrentándose a su enemiga la serpiente Jörmundngandr, hija de Loki y la giganta Angrboda. (¿Se puede matar una serpiente con torio?)

Del titán Prometeo, hijo de Jápeto, cuyo sufrimiento fue análogo al de los científicos que intentaban sintetizarlo. Prometeo era un titán muy humanista (algunas leyendas afirman que fue él el creador de la humanidad modelando humanos en barro), engañaba a los dioses en beneficio de los hombres. Robó el fuego de los dioses para entregárselo a los humanos, entre otras cosas. Zeus quiso castigarlo, hiriéndolos a él y la humanidad: mandó a Pandora a casarse con su hermano para que abriese la famosa caja de los infortunios, que trajo a la humanidad tantas desgracias, y encadenó a Prometeo en un lugar al que llegaba un águila todos los días para devorar su hígado. Como Prometeo era un dios, le crecía el hígado de nuevo y ese suplicio era soportado continuamente. Algunas leyendas cuentas que Heracles lo liberó, y dado que era hijo de Zeus y esa empresa le concedía gloria, Zeus lo permitió y Prometeo pudo ser libre.

De “vanadis”, diosa de la belleza vikinga, otro nombre de Freyja. Pese a que fue originalmente llamado “erythronium” por su descubridor Andrés Manuel del Río, se llamó “vanadio” al ser redescubierto por Nils Gabriel Sefström, ya que se pensó erróneamente que el erythronium de Manuel del Río era realmente cromo. Así quedo el nombre de vanadio, y se sospecha que pudo ponerle este nombre por la gama de colores que presentan los compuestos de vanadio, hermosos como la diosa. Freyja, diosa de la belleza y la fertilidad, hija de Njord, el dios de la tierra fértil y la navegación. Se creía que ella recibía la mitad de los caídos en batalla en su palacio de Fólkvangr, la otra mitad iba a Valhalla con Odín. Freyja pertenecía a los Vanir, familia divina más tranquila que los Aesir, a los que pertenece Odín, señor de la sabiduría y padre de la victoria. Hubo guerras entre ellos, y al concluir, los Vanir entregaron a Freyja y su hermano Freyr como rehenes, quienes con el tiempo acabaron por formar parte de los Aesir. Quizá lo más curioso de esta diosa sea que está emparentada con los dioses Tántalo y Níobe de la mitología griega: los tres están en la misma columna.

Del Sol. Helio (o Helios) era la personificación del sol, y hermano de Selene (selenio) y Eos, la luna y la aurora, respectivamente. Todos hijos de titanes.

Viene de “Palas”, indirectamente del nombre de un dios. Este nombre se tomó de un asteroide que fue descubierto poco antes que el elemento paladio, y el asteroide fue llamado así en honor a Atenea, diosa de la guerra y la justicia. Palas, al ser puesto en honor a Atenea, sugiere que se referían a un epíteto de ella, pero aparte de esto, era el dios de la sabiduría, hijo de Crío y Euribia.

Del dios Tántalo, un dios que cometió los tres grandes pecados de la mitología griega: Ofender a un anfitrión (robó ambrosía y néctar, y contó los secretos oídos en la mesa del Olimpo), hacer daño a un niño (invitó a los dioses a comer y sirvió a su hijo cuando escaseaba la comida), y desafiar a los dioses (estuvo involucrado en el robo de un mastín de oro que Cronos había regalado a Rea para cuidar de Zeus bebé). A los dioses no les gustó que Tántalo matase a su hijo Pélope, y Hermes reconstruyó su cuerpo para que las moiras lo devolviesen a la vida. Por todos sus crímenes, fue castigado en el Tártaro, con agua cubriéndolo hasta la barbilla y bajo un árbol repleto de frutas. Cada vez que intentaba beber o comer, lo que deseaba se alejaba de su boca, ya que estaba condenado a no poder probar jamás ni las frutas ni el agua. Por no mencionar una roca que lleva toda la eternidad oscilando sobre él, sin saber si llegará o no a aplastarlo. Pese a todo, tuvo una gran descendencia, engendró tres hijos, y en la línea del resucitado Pélope salió Agamentón (bisnieto de Tántalo). Además tuvo a Níobe. El tantalio fue descubierto por Anders Gustaf Ekeberg en 1802, y todo apunta a que fue este personaje el que inspiró su nombre. Al igual que Tántalo, por el tantalio sucedieron cosas muy crueles, como la financiación de la Segunda Guerra del Congo por el coltán, que contiene tantalio, pero por otra parte contiene niobio.

Relacionado con el tantalio en mitología y propiedades, ya que pertenecen al mismo grupo. Níobe, diosa de la mitología griega, hija de Tántalo y esposa del rey de Tebas (Anfión). Níobe se burló de Leto por haber tenido solo dos hijos, y presumía de los suyos. Los dioses, ofendidos, castigaron a Níobe matando a sus hijos: Apolo se encargó de los varones, y Artemisa de las mujeres. Sólo se salvaron Amiclas y Melibea. Níobe, deshecha, se convirtió en piedra, y la leyenda cuenta que es el mármol con forma de mujer del que brotan lágrimas en el monte Sípilo; otra leyenda cuenta que sus lágrimas formaron el río Aqueloo. Hay distintas versiones sobre la desdichada Níobe, pero todas acaban con el asesinato de sus hijos y la muerte de ella, sea por pena o suicidio. El niobio, se puede llamar columbio, ya que fue el que se le puso al ser descubierto, pero al dudarse si se trataba de tantalio, fue redescubierto por otro científico (que lo llamó niobio) y entonces se determinó que el columbio, en efecto, era distinto al tantalio e idéntico al niobio. Es el componente del coltán, junto al tantalio, Tántalo (su hija en la mitología y su padre en la tabla). Entre los dos pueden formar una alegoría de la guerra: Tántalo el cruel y Níobe la desdichada.